El Congreso de la República publico en el año 2007 un libro de 757 páginas, ricas en estudio e investigación referentes a la historia del Perú.
He aquí una pequeña recopilación de lo que fue la presentación de este libro, el cual es muy importante para todo estudioso de la historia, en especial de la historia del Perú; dicho ejemplar se titula Víctor Andrés Belaunde. Peruanidad, contorno y confín. Textos esenciales, una recopilación de las obras más significativas de este pensador e historiador peruano.
A continuación su presentación, la cual tuvo lugar en la Universidad Católica San Pablo de Arequipa por parte de cuatro personalidades, aquí presentadas en orden de aparición: el primero Eusebio Quiroz Paz Soldan, historiador; el segundo Domingo García Belaunde, constitucionalista y compilador de esta obra; el tercero Osmar Gonzales, investigador y compilador de esta obra; y el cuarto Víctor Andrés García Belaunde, congresista de la República.
Eusebio Quiroz Paz Soldán:
Belaunde fue un hombre multifacético (jurista, historiador, filosofo, diplomático, etc.) y un original pensador con base e ideas nuevas que le permitieron interpretar de forma prudente y equilibrada la historia del Perú.
En cuanto al libro, este nos ofrece una antología hablante, ya que es una cuidadosa selección de textos que nos muestran las ideas esenciales de la peruanidad, del cristianismo y del catolicismo.
En este libro se presenta a un Belaunde peruanista, original, internacionalista, social-cristiano, esta última característica él la configura al aplicar las doctrinas de la iglesia a la realidad social, habiendo sido necesario para ello su conversión decisiva al catolicismo, el cual iluminara a partir de ese momento su vida y su obra.
El primero de los valores del libro vendría a ser la presencia de la peruanidad y el catolicismo, los cuales eran un testimonio constante en Belaunde; luego como segundo valor, el reformismo católico, al girar sus ideas alrededor de la obra evangelizadora; y finalmente, la esperanza de una sociedad peruana más justa.
En conclusión Belaunde era un hombre que metía su sangre y sus ideas en la historia del Perú, siendo esto lo que precisamente se quiere mostrar en la presente publicación.
Domingo García Belaunde, quien cordialmente cedió el presente texto para este espacio:
Pascal escribió alguna vez que el “yo es odioso”. Y esto es cierto porque no hay cosa más incómoda que pasársela hablando de uno mismo todo el tiempo. Pero lamentablemente hoy tengo que recurrir a esta modalidad, para poder reflejar, o mejor, dar a conocer como era Víctor Andrés Belaunde, mi abuelo materno y que precisamente por esa circunstancia de la vida, pude frecuentar en una relación más cercana y más informal y que cubrió sus últimos años. Por eso es que tuve el privilegio de ser su último secretario, primero de él y luego de la revista que él fundó y dirigía: el Mercurio Peruano. Y fue así como recuerdo varias anécdotas que viví junto a él…una de las que más me impactó fue aquella que cuento a continuación. Fui una mañana a visitarlo a su biblioteca, que quedaba en el tercer piso de su casa en San Isidro, a la que llamaba su “torre de papel” y lo encontré ordenando sus libros. Estaba situado a un extremo del lado derecho, en donde estaba la sección destinada a la Filosofía y ahí vi como ordenaba para colocar en su sitio la obra completa de Spencer, que constaba en varios tomos, casi todos en traducción castellana, pues este autor inglés fue muy leído y traducido desde fines del siglo XIX en toda Europa y en la América Latina. Y al ver que yo me acercaba a él para saludarlo, me miró, señaló la obra de Spencer y me dijo algo así como lo siguiente: era el maestro de mi generación…lo leí completo porque era la última palabra de la época, pero hay nadie lo recuerda ni lo lee…creo que perdí el tiempo…he aprendido sobre todo que hay que repensar y leer a los clásicos... .
Pero ahora debo hablar de lo que es la historia interna de este libro y comenzaré diciendo que escribir un libro en el Perú, publicarlo y más aun esperar que lo lean y que se venda, es todo un reto. Y esto se explica no solo por el subdesarrollo cultural que existe entre nosotros, sino porque en los últimos años, con el avance de la televisión y del Internet, la gente se ha acostumbrado a no leer, sino solo a ver imágenes, con lo cual la capacidad de asimilar, de aprender y de razonar, se pierde considerablemente… hemos descendido notablemente en este punto, y aquí no estamos solos pues lo mismo pasa en otras sociedades…Pero eso no impide que publiquemos libros y que esperemos que la gente los lea, pues felizmente siempre hay un público dispuesto a eso. Pero al momento de programar este libro surgió la pregunta: ¿Cómo hago para compilar y luego seleccionar la gran cantidad de escritos de Belaunde? Ya que en la actualidad hay libros de Belaunde que ni se conocen, sus obras están dispersas y sus ensayos se encuentran muchas veces en revistas de difícil acceso...a tal extremo que él mismo no tenía algunos textos suyos, que probablemente se le habían perdido con alguna mudanza o algún préstamo no devuelto.
Por eso en este libro se tuvo que ser conciente de que la obra de Belaunde no solo era dispersa, sino que obedecía a diferentes épocas y sobre todo a diferentes temas y opciones, de manera tal que si no teníamos un criterio ordenador, podíamos hacer una mezcolanza sin beneficio de nadie. De ahí pues que era necesario tener un punto de partida para la confección de este libro y que es lo que ahora presentamos.
Como no podía abordar integralmente este proyecto, es que llamé en mi apoyo a Osmar Gonzáles, dilecto amigo y estudioso del proceso político del novecientos y también de la generación del centenario, a fin de poder presentar un mejor producto, que es lo que finalmente creo que hemos logrado. Y por cierto la idea fue, dentro de la variedad de temas que trató Belaunde, tomar nota tan solo de su parte peruanista, que era la que él más quería y la que estimaba que merecía una mejor atención. Dejamos de lado, pues, la parte filosófica, la parte sociológica, la histórica, la jurídica, la religiosa, etc., a la que se le dio un lugar marginal.
Pero otro problema que se nos presentó fue el número de páginas que finalmente abarca esta compilación. Eran más de mil en el proyecto original y comprendimos que todo no podía entrar en un texto compilativo.
Así es que haciendo revisiones lentas y cuidadosas finalmente nos quedamos con 800 páginas, que nos parecían que eran suficientes. Pero se nos presentó otro problema por parte del Fondo Editorial del Congreso de la República, que tenía programado financiar un aproximado de 600 páginas por antología de cada autor en esta serie de peruanos representativos. Y todo amarrado con limitaciones presupuestales que es lo que lamentablemente sucede siempre. Pero insistimos en nuestro proyecto final y fue mi hermano Víctor Andrés el que finalmente financió el excedente, o sea, las 200 páginas que en forma adicional, pero necesaria, habíamos introducido Osmar y yo. Al margen de esto fue necesario buscar fotos, gran parte de ellas del propio archivo de Belaunde, muchas del archivo de mi madre que me proporcionó fotos sobre todo de los años 20 y 30…y otras más que venían de mi propio archivo, pues tomé fotos a mi abuelo desde que tenía quince años de edad, pues siempre fui aficionado a la fotografía.
El resultado es este libro que contiene una antología de las obras de Belaunde en su vertiente peruanista. Es su pensamiento vivo y además permite conocer al personaje.
Creemos que de esta manera ofrecemos -Osmar Gonzáles y yo- un testimonio vivo, esencial, del pensamiento peruanista de Belaunde, de gran utilidad en los actuales momentos, pues no solo no se disponen de la totalidad de las obras de Belaunde en el mercado, sino que no existe una antología como la que ahora presentamos.
Osmar Gonzales, quien cordialmente cedió el presente texto para este espacio:
Si bien conocer a Belaunde es una tarea de todos los peruanos, lo es especialmente de los jóvenes. Y esto es más importante aun porque las imágenes que se conocen de él han sido transmitidas especialmente por sus opositores o críticos (políticos, ideológicos), pero no se lo ha leído directamente.
Al leerlo cada uno debe sacar sus propias conclusiones, debatir con él teniendo en cuenta que el gran pensador es aquel que nos da las herramientas necesarias para formarnos en un sentido integral. Para ello es imprescindible obtener el gusto por la lectura, algo que los peruanos estamos perdiendo. Pero no solo se hace necesario leer a Belaunde sino también a sus contemporáneos y en general a todo tipo de pensador, esté o no a favor de nuestras creencias, esto significa no tener prejuicios al momento del estudio. Un ejemplo de lo que estoy diciendo lo ofrece el propio Belaunde cuando leyó a José Carlos Mariátegui, su adversario intelectual. Lo hizo con la apertura intelectual de un hombre que sabe que el intercambio de ideas es esencial cuando se ama el conocimiento, y se tiene sincera preocupación por resolver los problemas del país.
Belaunde lee los 7 ensayos para extraer lo esencial, lo importante de él y discutir con objetividad los puntos no compartidos. Producto de esta lectura Belaunde escribió su respuesta a los 7 ensayos (que empezó a aparecer en Mercurio Peruano y que luego dio forma a su libro trascendental La realidad nacional.
Mariátegui había afirmado que Belaunde era un pensador feudal. Este respondió rápidamente, diciendo que era injusto calificarlo de esa manera, y luego pasa a enumerar sus lecturas de corte democrático y republicano que explican sus ideas liberales y democráticas.
También se ha dicho de Belaunde que era un intelectual que defendía a los agro-exportadores. Esto tampoco es cierto, pues Belaunde justificó la necesidad de estimular la industria y a la clase media. Propuso, entre otras cosas, expropiar el latifundio improductivo, instruir a los trabajadores, la concertación entre Estado, obreros y empresarios. De otra manera, se oponía al sistema social injusto que prevalecía en el Perú de su tiempo. Esto le valió incluso que las élites políticas, especialmente el Partido Civil y el leguiismo, lo vieran como un personaje incómodo. Por ello boicotearon sus candidaturas o, simplemente, como hizo Leguía, lo desterró.
Otra cosa que se ha afirmado sobre Belaunde es que era un pensador fascista, esto no es cierto, como podría serlo si en el gobierno de Leguía fue exiliado por tener un discurso en pro de los derechos civiles, y justamente su crítica al gobierno de Mussolini se basa en el poco respeto a tales derechos. En cambio, quien sí era fascista en ese tiempo fue José de la Riva Agüero. Belaunde era un humanista alejado de dictaduras y de los abusos del gobierno fascista.
Una afirmación injusta es decir que Belaunde era un pensador racista. Esto no es así ya que defendía la existencia multicultural de nuestro país, valorando las peculiaridades de los diversos grupos sociales y apartándose de los prejuicios racistas para entender mejor la sociedad.
Entonces, para construir un espacio de discusión sobre ideas es necesario releer a nuestros clásicos, pues cuando el debate intelectual está dañado por los prejuicios ideológicos no se puede extraer de él enseñanzas duraderas. Es por ello que se tiene que propiciar la creación de lazos de lealtad hasta en los contrincantes intelectuales para de esta forma crear un verdadero debate de ideas. Es lo que nos ha enseñado el propio Belaunde.
Víctor Andrés García Belaunde:
Víctor Andrés Belaunde nace en Arequipa, viviendo bajo la formación de esta ciudad recia y firme, esta fue para él una empaquetadura que lo formo como arequipeño universal; con decirles que llega a comprar en las afueras de Lima (Huacho) una pequeña chacra para recrear de alguna forma este querido lugar; es por ello que talvez él veía en todos lados a esta bella ciudad, a su Blanca Arequipa.